
DECORACIÓN EXPRÉS ONLINE EN TIEMPOS DE COVID (VOL. II)
En este segundo post acerca de cómo afrontamos ESTE PROYECTO de decoración online para un Apartamento Vacacional en Santander, y que llevamos a cabo en pleno confinamiento por el COVID-19, desde la distancia con nuestras clientas en Madrid. Os contamos las claves que utilizamos para resolver la zona de día: tanto el salón con la cocina incorporada, como la terraza exterior.
Ya os contamos en el POST anterior, en el que abordamos el dormitorio y el baño, algunas de las claves sobre este proyecto de decoración online para un apartamento vacacional, pero vamos a recordar las relativas a estas zonas en concreto. Decíamos en ese post anterior, que lo primero que tratamos de detectar eran los errores de base que tenía el espacio, para tratar de corregirlos. Y en concreto lo que sucedía en este salón y su principal problemática era muy evidente.
La pared más larga y principal de toda el salón la ocupaba prácticamente entera la cocina, dirigiéndonos la vista a ella desde la entrada de la vivienda, y adquiriendo todo el protagonismo.
La cocina no sólo ocupaba la pared más importante del salón, si no que además, al haber sido entregada en la venta con el apartamento, tampoco era de demasiada calidad, y los electrodomésticos quedaban todos vistos – algo que en una cocina integrada en un salón no debería pasar. Pero no sólo eso, además, los electrodomésticos eran entre ellos de diferentes colores, unos blancos y otros de acero, y encima, ¡se iban alternando con los muebles de la cocina en tono beige!.
La clave principal del proyecto tenía que basarse en resolver esa pared de la cocina, haciendo que pasara lo más desapercibida posible. Siendo ésta además, la pared principal de la vivienda.
El recurso más barato para crear “tensiones” y movimiento dentro de un espacio, son la luz y la pintura. Así que decidimos poner el foco de atención en un color. Como ya os hemos contado en la descripción de este proyecto, nuestra clienta Cristina había estado recientemente visitando CASA DECOR (antes de que la tuvieran que cerrar), y me envió en cuanto empezamos el proyecto, infinidad de imágenes en tonos pasteles, rosas y verdes. Una tendencia millenial que sigue estando muy presente, y que, por otra parte, también nos recuerda un poco a las casas de vacaciones de Palm Springs o de Miami, con ese cierto aire kitch y pop que aporta frescura a cualquier ambiente.
Sabíamos que era necesario potenciar un estilo así de rotundo para un apartamento vacacional, y poder conseguir así, como se suele decir: la foto instagrameable. Y es que estamos seguras que venderá más un apartamento turístico que posea esas 2 fotos claves para poder presumir de vacaciones. Porque seamos sinceros el cuidado en la decoración es gran parte del éxito de airbnb, las ganas de los anfitriones por diferenciarse con detalles como esos.
Así que apostamos por esos tonos pasteles verdes y rosas para dar un poco de frescura y alegría a ese salón tan neutro donde parecía que la única protagonista era la cocina. Además, tampoco merecía gastarse mucho dinero en cambiarla por otra, puesto que no hay que olvidar que es una vivienda vacacional para alquiler. Ni tampoco cambiar los electrodomésticos, porque os tenemos que confesar que un frigorífico SMEG verde menta estuvo muy considerado en este proyecto, incluso vinilar la actual actual en verde. Pero no había presupuesto, y digo yo que siempre mejor los caprichos en tu casa. Así que fuimos a lo esencial: jugaríamos sobre todo con el color, la lámpara principal del salón y el resto de los muebles.
Lo primero que hicimos fue enmarcar las diferentes zonas del salón-cocina con el color verde. De esta manera las 3 zonas quedaban visiblemente diferenciadas, no sólo por los muebles.
Al enmarcar la larguísima pared de la cocina pintando en tono verde sus paredes a ambos lados, el espacio que ocupaba ésta quedaba delimitado por ellas, y a su vez, nos ordenaba visualmente la pared. A la izquierda la pared verde finalizaba la cocina con el frigorífico, y a su derecha un pequeño machón marcaba el comienzo de una pared más larga también en verde, sobre la que aprovechamos para apoyar un comedor muy molón.
De esta misma manera delimitamos la zona del Estar, de la zona de cocina y de la entrada. En este caso, aprovechamos de igual forma que en la cocina, un pequeño machón que tiene la pared para delimitar la zona destinada a la televisión y el estar principal. Y, así, utilizamos el color verde, en las 2 paredes principales de ese lado del salón que conforman una “L”.
Con esto hemos conseguido que el color verde se haya situado creando una diagonal visual en el salón y tensando el espacio. La cocina ahora deja de tener tanto protagonismo, porque el color verde necesita adquirir un sentido.
Y su sentido es precisamente ese, marcar 4 zonas diferentes en uso, dentro de un mismo espacio. La entrada toda en blanco, la cocina: enmarcada entre 2 paredes verdes, el comedor sobre una pared verde y la zona de estar delimitada por una pared en L, también de color verde. El mobiliario ahora no bailará dentro del espacio.
Y aunque hemos conseguido con este recurso del verde que la cocina pase un poquito más desapercibida, todavía no hemos terminado de resolverla del todo. Los electrodomésticos y los muebles bajo encimera seguían atrayendo nuestra mirada. Por lo que decidimos tirar por la solución más sencilla, y que además, es de esas de toda la vida: unas cortinas bajo encimera que taparan las diferentes cosas bajo ella. Dicho y hecho, me puse en contacto con Marieta de MM Laínz y le pedí unas cortinas rollo provenzal de loneta o lino con raya verde para esos frentes. Y ellas que siempre aciertan escogieron esta preciosidad. Reconozco que ahora la raya la hubiera puesto en vertical, pero es algo fácilmente resoluble en un futuro (e infinitamente más barato que una cocina o una nevera nueva).
Por último, y con idea de tener más almacenaje en una cocina que apenas contaba con 1 armario bajo encimera y 3 cajones, decidimos introducir unas baldas en la pared para apoyar algo del menaje, así como una camarera que nos sirviera de almacenaje y también como apoyo a la hora de cocinar. Además, con estos dos elementos, conseguíamos introducir la madera en esa zona de la cocina, aportándole calidez junto con la tela bajo encimera. Y de esta manera, una cocina fría e insulsa deja de ser la protagonista, siendo primero delimitada y después ignorada con elementos mucho más potentes que ella misma.
Llegó el momento de seleccionar los muebles, y de nuevo arrancamos con las mismas premisas que en el post anterior: mobiliario funcional para un apartamento turístico y todo el almacenaje posible. Sin olvidarnos de nuestro presupuesto: 4.500 € para toda la vivienda.
Como decimos en nuestros cursos de decoración online, las primeras piezas que hay colocar en cada una de las habitaciones son las más voluminosas. En este caso al tratarse de un salón, la pieza más importante es claramente el sofá. En este caso, debía tratarse de un sofá cama en el que se pudieran quedar a dormir 2 personas más de forma ocasional, y por supuesto, que tuviera almacenaje. Como sofás camas cómodos, prácticos y a buenos precios, IKEA tienen nuestros preferidos, y el sofá cama GRALVIKEN de Ikea en tono gris fue el seleccionado. Como butaca de contraste era hora de tirar del color rosa, nosotras elegimos un primer modelo más económico en rosa y madera, pero la comodidad de esta butaca de relax rosa reclinable también de IKEA, convenció “ipso facto” a nuestras clientas.
Solo nos quedaba aportarle estilo, con algunos toques más de rosa, pero sobre todo intentando realzar a la presencia de la madera y de los materiales naturales que nos aportan ese aire fresco a la vez que cálido. Para ello elegimos el resto de mobiliario en madera, con excepción de las sillas del comedor donde quisimos volver a jugar con el color. Unas sillas metálicas de aire industrial tipo Tolix, de más de trote y en colores rosa y menta de SKLUM.
Por esta necesidad de introducir materiales naturales, tanto la mesa del comedor como la de centro o café, se seleccionaron en madera y de la misma colección: LISABO de Ikea. También el mueble de TV es en madera: una combinación de BESTA que ya habíamos escogido anteriormente como mueble de TV en nuestro propio apartamento turístico CARAVAN Apartment, y que sabíamos que funcionaba muy bien. Añadimos, una tercera mesita de apoyo con un diseño bonito y que combinaba la madera y el blanco.
Pero los elementos que sin lugar a dudas aportan mayor estilo y personalidad a este salón, son por un lado: la lámpara principal del salón. Y es que los que nos conocéis, sabéis, que es nuestra pieza preferida siempre para aportar personalidad a un ambiente. En esta ocasión la elegida fue una lámpara de bambú preciosa de Liderlamp, llamada Polisón que tiene mucha presencia, aporta la calidez de la madera, pero sobre todo, está muy bien de precio. Y por otro: las 4 láminas que seleccionamos de Dsenio para este apartamento, y que por supuesto, fueron enmarcadas en madera. Unas láminas en las que de nuevo jugamos con los tonos rosas y turquesas que nos evocan el verano, el reflejo de las palmeras y las olas del mar. Por último, una alfombra de yute recogiendo toda la zona de estar, y unos cojines, de nuevo, rosas.
Como resto de iluminación optamos por una lámpara de luz indirecta también de IKEA, y para el resto de iluminación de la vivienda en el techo, se utilizaron como lámparas en pasillo, cocina y entrada: la lámpara de 3 focos Ranarp de IKEA.
En el resto de la vivienda tan sólo nos quedaba un largo pasillo en “L”, que enlaza la parte posterior de la vivienda donde se encuentra el salón y la terraza, con el baño y el dormitorio, en su parte delantera. Por otra parte, también queríamos delimitar de alguna manera zona de entrada, donde más almacenaje era, de nuevo, indispensable en el caso de que se alojara más de una pareja. Así que volvimos a optar por una cómoda neutra blanca de IKEA, no sólo por su precio, si no para que se distinguiera también del mobiliario del salón en madera. Un espejo redondo de IKEA, ya convertido en un clásico, y de lo más resultón: el STOCKHOLM y unos colgadores de madera que están a muy buen precio y que siempre aportan un toque.
Nos daba pena no terminar de rematar ese pasillo con el estilo general de la vivienda, con algún tipo de zócalo y alguna lámina más que acompañara el camino. Sin embargo una terraza enorme nos esperaba: la joya de la casa. ¡Y ya apenas nos quedaba dinero!.
Así que el recurso para resolver esta terraza, fue buscar el mobiliario más impactante al mejor precio, y colocarlo sobre una alfombra de exterior que nos rellenara su gran tamaño. Para luego terminar de irlo llenando de detalles y plantas con el tiempo. Las sillas Acapulco nos ofrecen todo esto que necesitábamos, buena imagen por diseño, y hoy en día las tenemos en todos los colores y a precios de risa. En este caso nos olvidamos del rosa y verde por un momento, y optamos por la sobriedad y elegancia que nos ofrece el negro y el color natural de la cuerda. Todo ello, sobre una alfombra de exterior blanca y negra de Maisons du Monde.
Añadimos a los sillones unos cojines de exterior también de Maisons du Monde, y ahora sí, con mucho verde y motivos tropicales. Por último, algo de atrezzo, farolillos, guirnalda, alguna mesa de apoyo y una bonitas plantas. Un toldo negro resulta necesario y súper acogedor, y a día de hoy ya está encargado. Y como siempre en el último momento, no pudimos resistirnos a añadir un extra final a la cesta de la compra: un conjunto de mesa y silla de terraza, que oye, siempre hace un apaño.
El resultado, un apartamento vacacional muy coqueto y con un aire fresco a la vez que acogedor por menos de 4.700 €. Las claves: apostar por ciertas piezas más importantes que aporten personalidad como los papeles, o las lámparas. El juego de color, y seleccionar la mayor parte de mobiliario en materiales naturales.
¡Esperamos que os guste!