El Proyecto de Reforma para vivienda vacacional en Santander, es uno de nuestros servicios más demandados. Santander siempre ha sido un destino vacacional, y son cada vez más las personas que optan por adquirir una segunda vivienda en esta ciudad. Este tipo de viviendas suele llevar implícito que el cliente viva lejos. Por lo que si quiere realizar la reforma o decoración de la vivienda, necesita contratar los servicios de forma local para coordinar todos los detalles de la reforma y/o el amueblamiento.
Y sobre todo implica que el cliente, desde la distancia, deposite toda la confianza en la gestión a un tercero para que éste lleve a buen término todo lo proyectado para su próximo hogar. Y nosotras nos sentimos muy agradecidas por la confianza que nos brindan los clientes desde la distancia.
La Tipología
Para empezar a hablar de la reforma de esta vivienda vacacional en Santander, lo haremos contando algunas de sus características propias. En este caso, se trataba de un piso que no había sido reformado desde el momento en que se construyó el edificio en el año 1.955. Por tanto, la distribución del piso era la habitual de la época. Una distribución en la que las zonas húmedas (cocina y baños) se ubicaban al fondo de la vivienda, quedando los dormitorios principales más cerca de la entrada.
El piso contaba con 4 dormitorios, 2 de ellos bastante grandes que volcaban a la fachada principal, y otras dos más pequeños que se orientaban hacia un gran patio de manzana. Además de los 4 dormitorios, contaba con un salón, un pequeño comedor, una cocina, un baño completo y un aseo. Y todas las habitaciones se unían por un gran pasillo en “L” que iba recorriendo todas las estancias, desde la entrada hasta llegar a la cocina, al fondo de la vivienda.
El Encargo
En este tipo de distribuciones tan antiguas en las que la cocina se ubica al fondo, lo habitual es que cuando se realiza la reforma, ésta se lleve cerca de la entrada. Hoy en día, la zona pública (o zona de día) de la vivienda se ubica en la zona más cercana a la puerta de entrada principal de la vivienda. Y, en consecuencia, la zona más privada (o de noche), se ubica en la zona más alejada de la puerta de entrada.
Debido a la necesidad de este cambio de distribución, y al año de construcción del edificio, el encargo iba a implicar una demolición integral. Y por tanto, requería de un Proyecto de Reforma de Obra Mayor.
En eso estaban nuestras clientas cuando contactaron con nosotras para la reforma de esta vivienda vacacional en Santander. Habían encargado el Proyecto de Obra Mayor a una arquitecta de su ciudad de residencia, y estaban en la fase en el que el proyecto básico ya había sido aprobado por ellas, y éste se acababa de presentar en el Ayuntamiento. Es en ese momento en que la licencia de obra ya está en trámite, cuando muchos clientes se ponen en contacto con nosotras solicitando: el proyecto de interiorismo para un proyecto de arquitectura de obra mayor ya realizado.
El Plus de Contratar un Proyecto de Interiorismo para un Proyecto de Reforma de Obra Mayor
Éste es otro de nuestros servicios más demandados. Este tipo de encargos nos suele surgir porque cuando se encarga un Proyecto de Arquitectura de Obra Mayor es bastante habitual que: o bien el proyecto no incluya muchos detalles relacionados con los acabados, o bien porque se busca una segunda opinión respecto a la funcionalidad del espacio. O porque en definitiva, el cliente quiere empezar a visualizar de forma previa a la ejecución, cómo se va a tratar el amueblamiento y todo lo relacionado con el tratamiento del interior del espacio. Además, existe la necesidad si el cliente reside lejos, al tratarse de un Proyecto de Reforma para una vivienda vacacional, de tener una persona de confianza en Santander para coordinar todo aquello que ellos no pueden gestionar desde la distancia para su nueva vivienda.
La Distribución
Las clientas en este proyecto de reforma de vivienda vacacional en Santander, nos dieron vía libre para aportar todas aquellas ideas que considerásemos un valor añadido al proyecto de obra mayor previamente encargado, y eso fue lo que hicimos. En este tipo de encargos tocamos pequeñas cosas, en general, lo que hacemos es “limpiar” el proyecto de cosas que consideramos que no rentan. Éstas, casi siempre tienen que ver con cómo se concibe la zona de día. Y lo que en principio parece una pequeña actuación de limpieza de extras que creemos que no aportan al proyecto, se convierte casi siempre en un gran cambio funcional o de concepto.
Durante la visita que hicimos al piso, para conocer tanto a los clientes como el piso, nos dimos cuenta que la distribución planteada originalmente ganaría mucho si se incorporara a la nueva zona de cocina – comedor una zona de terraza tendal que daba al patio de manzana. Ese cambio en la distribución de la zona de cocina y comedor, así como el tratamiento de las puertas correderas planteadas para separar ese espacio tanto de la zona del salón como de la zona de dormitorios, fue nuestra aportación de valor añadida al proyecto original planteado.
La Propuesta
Con esta nueva distribución, nada más entrar en la vivienda te encontrabas con una gran zona en forma cuadrada en la que se encontraba una gran cocina distribuida en forma de L con una gran mesa de comedor en el centro de la misma. La zona de estar se mantenía nada más entrar a la derecha y, ambas zonas se separaban por una gran puerta corredera de dos metros de ancho. Frente a la entrada, otra puerta también corredera, pero más pequeña, daba acceso a un distribuidor en el que se encontraban los 3 dormitorios y los dos baños, uno de ellos en suite con el dormitorio principal.
El interiorismo
Nuestro aporte a la distribución final fue importante, pero sin duda lo que marcó la diferencia en esta vivienda fue el tratamiento integral que se le dio a todo el Proyecto de Reforma de esta vivienda vacacional en Santander. Esto se consiguió gracias a la paleta de color de los materiales y acabados seleccionados para esta reforma, que aportaron a una atmosfera muy especial.
La gama de colores que se seleccionó para este proyecto consistía en una paleta de colores neutros, en la gama de beige y tostados. Para conseguirla, nos basamos en los materiales de los acabados utilizados. Esta paleta de colores ya se hace palpable nada más entrar en la vivienda. En la zona de la cocina comedor con sus muebles que combinan el color blanco y la madera, también con la encimera y el salpicadero en un acabado de cuarzo imitando un mármol con veta marrón. Además, el resto de las paredes de este espacio están empapeladas con un papel pintado que imitan las ramas de un almendro en flor, en la misma gama de colores blancos, beiges y tostados.