La reforma de este piso en el Sardinero, nos llegó cuando los nuevos propietarios de este piso de 80 m2, nos llamaron para ayudarles a estudiar con ellos, la distribución del mismo. Es un servicio – Estudio de la Distribución – que se nos contrata muchas veces, de forma previa al proyecto de reforma completo. El piso se había comprado como una segunda vivienda, y a veces ocurre en estos casos, que el propio cliente no tiene muy claro cómo lo va a utilizar. Esto puede causar un problema a la hora de priorizar que espacios son más necesarios, y de alguna manera también puede comprometer el estilo.
Este era el caso de nuestros clientes, que no tenían demasiado claro al principio, el destino principal de esta segunda vivienda. Por un lado, querían que fuera para que la madre de nuestra clienta, pudiera estar más cerca de ellos viviendo, y por otro lado, también pensaban en poder sacarle rentabilidad como apartamento vacacional en un futuro.
El apartamento contaba con dos dormitorios, un salón en L, con poco sentido porque perdía parte de sus preciosas vistas a la Bahía y a la península de la Magdalena, una cocina parcialmente acristalada, y tan sólo un baño, con un pequeño distribuidor un poco absurdo. Los clientes buscaban ampliar esa zona de estar hacia el mar, y por otro lado querían intentar sacar un aseo más.
Como en todos los apartamentos de 70/80 m2 que se reforma, y en los que se quiere optimizar la distribución, la clave siempre está en unos pequeños cm. Mover un tabique de 10 a 20 cm, puede suponer un mundo a la hora de rentabilizar el espacio en esta tipología de viviendas.
Así pues, nos pusimos manos a la obra, vimos claramente que la clave para la reforma de este piso en el Sardinero, estaba en desplazar la cocina.
ya que ésta mordía parte del estar provocando esa forma del salón en L. Tenía que ser lo suficiente pero habría que hacerlo forma cautelosa, para que la zona de aguas no se desplazara demasiado debido a las bajantes. Por ello, pensamos desde un primer momento, en crear una gran isla central en la entrada al salón, integrando la cocina totalmente en él ; y quedando ésta como zona de paso, desde la entrada de la vivienda hasta el estar.
La zona de baños la dejamos dónde estaba, pero la pudimos desdoblar con parte del espacio que habíamos ganado al desplazar la cocina.
Por último, los dormitorios se mantuvieron, era una tabiquería que no consideramos necesario desplazar. Esto es algo que nos ocurre a menudo, habitualmente la distribución de las viviendas no está tan mal pensado como queremos creer. Se trata simplemente de un cambios de hábitos a la hora de vivir en casa, y esto afecta en su gran mayoría a la zona de día, pero no a los dormitorios por lo general.